Hace algún tiempo, Aitor (a.k.a. Euskanbria) me dijo, en uno de esos momentos gloriosos suyos, que tenía pinta de camello. No me sorprende, teniendo en cuenta que esa misma semana me pidieron droga al menos tres veces...
En cambio, este fin de semana me he quedado bastante tranquilo al respecto. O ya no tengo tal aspecto, o es que a ojos verdaderamente expertos nunca lo he tenido, porque el sábado me he visto rodeado de semejante grupito de desfasados que, si ninguno me ha pedido, tengo muy claro que es porque daban por supuesto que yo ni tenía ni pasaba...
Menudo espectáculo más lamentable...
Aprovechando un nuevo contacto que hice en Madrid durante el Orgullo de este año y la tesitura de las frecuentes visitas de Isa (a.k.a. Miss Nail, aunque lo de señorita no sé yo por cuánto tiempo), aproveché para acercarme y así indagar más sobre dicho contacto (a priori con posibilidades, inocente de mí) y, como él me había prometido, conocer como se merece la vida nocturna en Chueca, cuenta que tenía pendiente.
El miércoles pasado debería haber hecho caso a mi instinto y decidir quedarme con mis primos en Galicia.
Sólo he visto más o menos entera la primera temporada de la versión americana de Queer as Folk (aparte de ser gay, me cuesta encontrarle otro aliciente específico a esta serie, y no lo considero motivo suficiente para verla a las obscenamente tardías horas a las que la emiten; aunque, visto lo visto, debo ser un caso extraño en ese sentido), pero ha sido más que suficiente para poder decir con bastante seguridad que LA Cool (me arriesgaré a que a algún madrileño quisquilloso le dé un aneurisma por no decir "el", qué pesados con eso, por Dios) se acerca inquietantemente a la idea que tengo de Babylon, la "discoteca por excelencia" de la serie. Y no me gusta demasiado Babylon. Gogós supermusculados y superfibrados y superdepilados y superbronceados (de cuyo aspecto, es evidente, depende su trabajo de forma exclusiva, porque de su talento como bailarines, en la inmensa mayoría de los casos, lo dudo), música entre la electrónica y el house y una extensa población de divinas klembuteradísimas y colocadísimas en la pista de baile.
Pues allí me llevaron, y fue el único sitio que pisé. Lo cual resulta especialmente triste teniendo en cuenta que ya conocía esta discoteca... Menuda visita guiada.
Fue bastante intenso ir a un retrete con otros cuatro tios a ver cómo se metían éxtasis líquido (y luego, en un alarde de originalidad, quedarme solo y hacer pis, siendo, me temo, uno de los pocos que llevan a cabo tamaña acción en esos baños), o comprobar lo impúdicamente que se metía tiros de coca la gente en la pista, esas cositas tan normales y cotidianas.
Pero lo "mejor" fue, independientemente de toda esa inconsciencia, la destrucción de cualquier posible resto de respeto por el género masculino. Cada día me siento más como una divorciada cínica de 40 años.
Si voy acompañado (y no me tocan la moral), tengo por costumbre respetar a rajatabla a mi acompañante, y por muy apetecibles que sean las oportunidades que se me pongan por delante y muy débil que sea el vínculo que me ate a dicha compañía, siempre rechazo esas "ofertas". El sábado rechacé una, dejando creer que mi acompañante era en realidad mi pareja (escalofrío), justo después de lo cual, al girarme, vi a éste mi "novio postizo" auscultando con la lengua las amígdalas de un rubio. No sabe la suerte que tuvo de que estuviera yo lo suficientemente cansado como para tomar represalias.
E Isa se extrañaba de mi mal humor del domingo...
martes, 31 de julio de 2007
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1 comentario:
Hola, ansiosa estaba esperando tu relato de este finde en Madrid, no me extrañaba de tu mal humor sino que simplemente intentaba hacerte un poco de "monerias" para ver si se te pasaba.
Evidentemente lo de este fin de semana no es plato de buen gusto para nadie, por lo cual es totalmente normal que llegases en el estado de alteramiento.
Piensa que es una experiencia mas para añadir a tu incesante diario de un viajero, jejej.
Venga muchos bsitos
Mss Nail
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